Modelo Merece: una alternativa para que las mujeres vivan sin violencia
Apis Sureste prevé que el modelo sea replicado a nivel nacional e internacional.
Por Itzel Chan
Mérida, Yucatán, 15 de septiembre de 2022.-Yucatán registra cifras por encima de la media nacional en cuanto al número de mujeres que viven algún tipo de violencia dentro y fuera de sus hogares, por lo que en sí ocupa el lugar número ocho en México en relación a esta problemática social, sin embargo, la pregunta constante es ¿qué hacer para disminuir las cifras que cada vez son más alarmantes en la entidad más segura del país?
Las respuestas en sí parecen no tener una contundencia desde el rubro gubernamental; sin embargo, cada vez son más las personas que desde sus propias trincheras unen esfuerzos para quizá tener un futuro más alentador.
Dentro de esos destellos de esperanza se ubican las acciones que hacen quienes conforman Apis Sureste, Fundación para la Equidad A.C, pues en 2004 abrieron el primer refugio de víctimas de violencia extrema en Yucatán y cuatro años más tarde, comenzaron a trabajar en un Centro de Atención Externa.
El trabajo que han realizado, ha sido materializado por primera vez de una forma más detallada, como parte del Proyecto “Sistematización de modelos de prevención/ atención de violencia de pareja en México”, el cual se realizó desde el 1 de octubre de 2019 al 30 de noviembre del 2020.
Para que la sistematización de todo el trabajo que hacen fuera posible, tuvieron el acompañamiento de Investigación en Salud y Demografía S. C. INSAD y el apoyo financiero de Hispanics in Philanthropy (HIP) a través del proyecto de Desarrollo del sistema de modelo, evaluación y aprendizaje del modelo Merece.
Para Leticia Murúa, directora de Apis Sureste, contar con este material -que al mismo tiempo buscan sea replicable en otros estados de la república mexicana y en otros países- es un logro porque se establecen procesos definidos que precisamente han ayudado a mujeres víctimas de violencia a salir adelante, ya que los casos que acompañan “no son cifras, son historias y vidas que presentan afectaciones en su salud física, psicológica y emocional”.
A grandes rasgos, mencionó que cuando una mujer vive violencia quedan secuelas a largo plazo en su vida, porque llegan a presentar fatiga crónica, desesperanza, sensación de indefensión, deterioro de su propio autoconcepto y autoestima.
Leticia reitera que tanto en Yucatán y México, hay una urgente necesidad de que existan servicios profesionales que atiendan a mujeres, niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia, víctimas de una problemática que ya es global.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2021, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el país siete de cada 10 mujeres ha sufrido algún incidente de violencia y en Yucatán, si el segmento se reduce a la violencia que se vive entre las parejas, este ocupa el tercer lugar.
“Además, la creciente militarización en el país, agudiza el nivel de vulnerabilidad de las mujeres”, enfatizó Leticia.
Sobre el modelo Merece
Mediante la convocatoria por invitación de Hispanics in Philanthropy (HIP) se seleccionaron a cuatro organizaciones, entre ellas Apis Sureste, Fundación para la Equidad, A.C., a quienes se les dotó de las herramientas necesarias para sistematizar sus modelos de atención, lo cual les ha permitido medir y
mejorar los resultados de su trabajo.
El documento está integrado por siete apartados que buscan explicar el modelo de intervención desarrollado por la organización.
En el modelo se detalla el trabajo que se hace en el refugio, el espacio temporal diseñado para atender a mujeres (sus hijos e hijas) que viven violencia extrema, y que cuya vida e integridad corre peligro.
En este espacio, las mujeres son atendidas por un periodo de tres meses, tiempo en el que reciben apoyo emocional y jurídico.
También se aborda en este modelo la labor que se hace en el Centro Externo de Atención (CEA), en donde se orienta principalmente a toda mujer que se encuentre viviendo violencia familiar y/o sexual y cuya vida no esté en peligro o que de estarlo decida no ingresar al refugio.
El trabajo que se hace en Apis Sureste se concentra en la atención directa a las mujeres que viven violencia, ya que tienen cifras que señalan que en Yucatán, entre las víctimas, al menos un 49.5% no buscan ningún tipo de ayuda ni formal (en instituciones) ni de tipo informal (en redes), lo que también es un indicador de que existe normalización de las violencias más cotidianas e íntimas, y que al mismo tiempo son las menos denunciadas y las más desestimadas.
Quienes han recibido atención en el Refugio o en el Centro Externo de Atención, reciben un seguimiento preciso que se conforma por una serie de llamadas telefónicas y/o visitas que se realizan cuando terminan sus atenciones.
La primera llamada se hace a los 15 días del egreso y a partir de ahí se determina si el resto se harán cada 15 días o cada mes según las características, condiciones de seguridad y necesidades de la usuaria.
El modelo también establece que las visitas se pueden programar a partir de la primera llamada y dependiendo de la situación, el seguimiento se hace durante 6 meses a partir del egreso.
Todas y cada una de las acciones que realizan desde la asociación civil están establecidas en el modelo Merece, el cual ya está materializado y puede ser consultado por otras agrupaciones mexicanas y extranjeras que ayudan a mujeres víctimas de violencia.
El trabajo desarrollado a lo largo de los años, ha permitido que las mujeres atendidas en Apis sean quienes den la pauta del camino a seguir después de las violencias vividas, por lo tanto, se propone un acompañamiento respetuoso y sin imposiciones.
El modelo completo es posible consultarlo aquí https://apisfundacion.com/informes-diagnosticos/