Lactancia materna, venciendo tabús y desinformación
¿Cuántas madres no han sido juzgadas, incluso por la propia familia, porque siguen amamantando a su bebé? Hagamos tribu de apoyo para educar sobre los beneficios de este acto de amor.
Por Andrea Tamayo /ATACAConIdeas
Mérida, Yucatán, 2 de agosto de 2022.- Del 1 al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna y, en este 2022, tiene como lema “Impulsemos la lactancia materna apoyando y educando”, precepto que me inspirado para escribir esta columna de opinión.
En México, de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), solo el 3 por ciento de las infancias menores de seis meses reciben una alimentación basada en lactancia materna exclusiva, es decir, solo uno de cada tres bebés es alimentado únicamente con el seno materno sin recurrir al uso de fórmula láctea, incluso alimentos o líquidos adicionales que están contraindicados.
Esta cifra resulta alarmante en razón de ser la menor en toda América Latina y siendo nuestro país uno de los que guardan los niveles más altos de desnutrición, sobrepeso y obesidad infantil.
Me resulta inevitable cuestionar por qué la cifra es tan baja, incluso la desigualdad es mayor o menor de acuerdo al estado en donde se haga el análisis; por ejemplo, Oaxaca, Guerrero y Estado de México son los que reportan los porcentajes más altos, mientras que Tamaulipas, Coahuila y Chihuahua los más bajos, siendo 9.7 meses la duración en la media nacional de lactancia materna.
¿Qué está “fallando” en la sociedad, en las políticas públicas o en los tres niveles de gobierno para que el primer alimento de los seres humanos mexicanos sea en un tiempo tan corto o nulo? Hay muchísimas respuestas y tan pocas voluntades …
Pondría en el primer lugar a la desinformación que se conjuga con la falta de protección, apoyo, promoción y difusión, ya no se diga que solo de los tres niveles de gobierno o las políticas públicas, sino de la propia sociedad que, en numeradas ocasiones, miran a la lactancia materna con tabú, como una acción sucia que debe guardarse la madre en la intimidad de su casa, incluso de su habitación donde nadie la mire.
Y es allí en donde me resulta inevitable aplicar las “gafas violetas” y reflexionar el daño que el sistema patriarcal y capitalista le han hecho a un acto puro y natural que además aporta nutrición, amor, apego, vínculo y un sinfín de beneficios a la salud física y mental tanto de la madre como del bebé.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef recomiendan que la lactancia materna inicie en la primera hora de vida del recién nacido, de hecho, una buena práctica de salud pública es que el recién nacido se ponga al pecho inmediatamente después de la expulsión para que se genere el primer contacto de apego y reciba el calostro de su madre (leche de color amarillo y espeso que, a pesar de ser tan solo unas gotitas, es altamente nutritiva y benéfica para el neonato), que sea exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé y que se prolongue, mínimo, por dos años, sí, mínimo.
¿Cuántas madres no han sido juzgadas, incluso por la propia familia, porque siguen amamantando a su bebé pasados los 7 meses? Ya ni se diga del primer año de vida o más. Frases como “tu leche ya no alimenta, es pura agua”, o “si ya come de todo, deja de darle pecho, ya es vicio”, no abonan a la seguridad y confianza de una madre de que está haciendo un excelente trabajo.
Es importante resaltar que la lactancia materna debe ser a libre demanda, esto significa olvidarse del reloj, no hay horarios para amamantar, no importa si el bebé come cada hora ya que es en función de sus necesidades, además de que se recomienda que durante los primeros 40 días de nacimiento se eviten biberones, tetinas y chupones para evitar que la succión y agarre al pecho se vea modificado por la suplencia de dichos artefactos, sumado a que durante los primeros seis meses se atraviesan por tres “crisis de lactancia”, que son cambios en la producción de leche de la madre a las que el bebé se adaptará, siempre que haya mucha paciencia, apoyo, comprensión y voluntad para saltarlas y continuar.
Si todas las infancias de 0 a 23 meses estuvieran amamantadas de forma óptima, cada año se salvarían las vidas de aproximadamente 820 mil menores de cinco años, pero para ello hay que tener la conciencia colectiva de ser y hacer comunidad porque la lactancia no es un asunto que solo debería interesar y ocupar a la madre con su bebé, sino a todo el primer círculo familiar, el lugar de trabajo de ambos progenitores, la sociedad en general y por supuesto, las políticas públicas gubernamentales.
Por ello, el apoyo y la educación son elementos básicos para lograr las metas que las ONG´s proponen alcanzar y reitero que no es solo por los beneficios a la salud de las partes, sino incluso el impacto económico y ambiental que implica amamantar, pues hay un gran ahorro al no gastar miles de pesos en fórmulas lácteas, sumado a la crisis en la cantidad y calidad del agua por la que estamos atravesando, necesaria para preparar la bebida alimenticia.
Hoy en día existe mucha información de los beneficios de la leche materna, así como personas especializadas que estudian para brindar servicios de asesoría y consultoría de lactancia materna. Hoy, tras dos años y ocho meses de ser madre lactante puedo decir que mi caso de éxito no fue solo gracias al empeño que le puse y al concentrarme todos los días en “un día a la vez”, sino a la consultora que me atendió a los diez días de haber dado a luz, quién detectó que mi bebé tenía frenillo corto bajo la lengua, lo que impedía un buen agarre y me causaba dolor. Me corrigió posturas y me enseñó que la lactancia no es dolor, es amor, paciencia, perseverancia y voluntad.
Además de haber contado con el privilegio de asesorarme, mi familia ha apoyado mi decisión y me motivó en los momentos más complejos por los que se atraviesa y cuando mi bebé tan solo tenía tres meses de nacido me uní a una tribu de madres lactantes y ese gran círculo de apoyo me ayudó a darme cuenta de que no era la única atravesando etapas retadoras, pero también momentos llenos de felicidad.
Si tú que me lees ahora estás embarazada, acabas de dar a luz, has decidido amamantar pero estás pasando momentos difíciles, o en su caso, conoces a alguien que esté pasando por estas vivencias, quiero que sepas que no estás sola.
Acércate y hagamos tribu. No dudes en asistir este próximo sábado 6 de agosto a las 5:00 p.m. al Auditorio de Los Paseos en la colonia Francisco de Montejo, en la que nos reuniremos madres de infancias lactantes desde los 0 meses hasta los cinco años de edad, espacio en el que habrá emprendimientos relacionados a los cuidados y crianza en la primera infancia, asesoras de lactancia y mucha información para continuar visibilizando la lactancia.
Porque sí, puede que la lactancia materna no sea lo mejor para todas las madres, pero si lo mejor para todos los bebés.
Nos leemos en la próxima entrega.
(Ilustración de iStock)