Se perdieron 326 colonias de abejas por fumigaciones
Apicultores mayas de la península pidieron al nuevo gobierno que se detenga el uso de agroquímicos y la deforestación.
Por Herbeth Escalante
Mérida, Yucatán, 18 de diciembre de 2018.- En este año se perdieron más de 326 colonias de abejas por fumigaciones aéreas en Yucatán y Quintana Roo, lo que representó pérdidas económicas importantes y afectación al medio ambiente, informaron integrantes de la Alianza Maya por las Abejas de la Península.
A esta amenaza a la apicultura se suma que en promedio se deforestan 60 mil hectáreas de selva anualmente en esa región, las cuales difícilmente se podrán recuperar en el corto tiempo.
Representantes de apicultores mayas de Yucatán, Campeche y Quintana Roo señalaron en rueda de prensa que es necesario que se prohíba en México el uso de agrotóxicos y fumigaciones áreas –que se aplican en los proyectos de agricultura industrial- no sólo porque matan a las abejas, sino también porque contaminan el entorno y el agua, y ponen en riesgo la salud de las poblaciones.
Uno de los casos de pérdidas de colonias por fumigaciones ocurrió en septiembre pasado en Dzonot Carretero, comisaría de Tizimín, en donde 91 colmenas orgánicas resultaron dañadas, es decir, el 30 por ciento de las que se encuentran en esa zona.
Uno de los afectados, Marco Antonio Cupul Ku, relató que hasta el momento las autoridades federales no han respondido por este acto que mató a cientos de abejas. De hecho la denuncia en contra del propietario de un rancho –quien habría ordenado la fumigación aérea- no ha prosperado.
El apicultor declaró que tras esta afectación temen que se detecten residuos químicos en la miel que produzcan, pues eso impediría que la exporten a países europeos, sus principales consumidores.
Por lo pronto, líderes de la Alianza Maya informaron que ayer se reunieron en la capital del país con autoridades de diferentes instancias del nuevo gobierno federal, para solicitar que tomen medidas para combatir las amenazas a la apicultura en la Península. Los campesinos indicaron que existe buena disposición de los funcionarios para buscar una solución a estos conflictos.
La apicultora Leydi Aracely Pech Martín, originaria de la región de los Chenes de Campeche, declaró que propusieron que se detenga el uso de agroquímicos y pesticidas -que incluso están prohibidos en el viejo continente- en la agricultura de gran escala, porque contaminan el agua del subsuelo, afectan la biodiversidad y a las colmenas, pero además pueden provocar daños a la salud de las personas.
Otra exigencia que presentaron es tomar acciones para evitar la deforestación, sobre todo la que se provoca por el cambio de uso de suelo de obras o proyectos “en donde no se toma en cuenta la naturaleza de la forma de vida de los mayas”.
Además propusieron al nuevo gobierno que la miel se incluya como un producto de la canasta básica, pues esto permitirá aumentar su consumo en México, beneficiando económicamente a las poblaciones rurales.
Cabe mencionar que en la Península de Yucatán se producen 22 mil 845 toneladas de miel al año, lo que genera una derrama económica de 800 millones de pesos a las comunidades de 20 mil apicultoras y apicultores.