Trabajadoras del hogar, violentadas y discriminadas en Mérida
“Encontramos distintos tipos de violencias, las más reconocidas fueron la psicológica y la económica. Nos comentaron malos tratos, insultos, gritos y regaños en la manera en que las patronas o los patrones se dirigen a ellas; y también casos en los que les recortaron el sueldo o no les querían pagar, además de acoso sexual”: Jade Sociales.
Por Herbeth Escalante
Mérida, Yucatán, 1 de marzo de 2022.- Desde hace dos años, Luisa se dedica a labores de limpieza en diversas casas de Mérida para poder sacar adelante a sus hijos con el poco dinero que recibe. Lamentablemente, hace unos meses fue agredida física y verbalmente por una mujer que contrató sus servicios en un predio del fraccionamiento Terranova Chuburná. Como ella, decenas de trabajadoras del hogar son violentadas y discriminadas todos los días en la capital yucateca.
A través de un anuncio en Facebook, la joven de 26 años contactó a una mujer, identificada como Nancy, e hicieron un trato: Por 250 pesos limpiaría la terraza, el baño, el patio, la cocina y una habitación.
Desde que llegó a la casa, Luisa fue víctima de malos tratos por parte de la mujer, quien en todo momento la regañaba porque supuestamente “no sabía limpiar y era una cochina”, y hasta la acusó de romper una olla de losa. De los gritos pasó a los insultos y, de pronto, la violenta mujer fue en busca de una llave perica de metal y atacó a la joven, quien por suerte logró esquivarla.
“Me exigió que me largara de la casa, pero yo no me iba porque no me había pagado. Fue entonces que me aventó monedas al piso, como 50 pesos. No agarré el dinero porque no soy un animal para que me trate así y bueno, me empezó a empujar, me jaló del cabelló y me sacó”, detalló.
Luisa no es la única que ha sido víctima de agresiones durante la ejecución de labores domésticas, pues de acuerdo con el Padrón Voluntario de Trabajadoras del Hogar Remuneradas (THR) de Mérida, el 7 por ciento de las entrevistadas reveló que sufrió algún tipo de violencia en su trabajo.
La asociación civil Jade Sociales fue la encargada de realizar este registro, en el que contactó vía telefónica a 362 mujeres que son trabajadores del hogar en la capital yucateca. Ellas manifestaron la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran, no sólo por la falta de prestaciones laborales, sino porque son violentadas, discriminadas y hasta acosadas sexualmente.
“Encontramos distintos tipos de violencias, las más reconocidas fueron la psicológica y la económica. Nos comentaron malos tratos, insultos, gritos y regaños en la manera en que las patronas o los patrones se dirigen a ellas; y también casos en los que les recortaron el sueldo o no les querían pagar”, abundó Raquel Aguilera Troncoso, directora ejecutiva de dicha agrupación.
La situación para ellas empeoró en el contexto actual de la pandemia de Covid-19, ya que son discriminadas constantemente por sus empleadores, quienes prácticamente las culpan de “contagiar a sus familias”. En las entrevistas, hubo quienes contaron que las obligaban a bañarse o lavarse a cada rato, además de que las ofendían por viajar en transporte público.
De hecho, un diagnóstico previo realizado por Jade Sociales arrojó que al inicio de la contingencia sanitaria, el 50 por ciento de las trabajadoras del hogar fueron despedidas y no recibieron finiquito.
Todas las que indicaron en el Padrón que eran víctimas de violencia estaban trabajando en ese momento en las casas en donde las agredían, reveló Raquel Troncoso.
La investigadora informó que también detectaron que el 2 por ciento sufrió acoso sexual en los sitios en donde laboraban, por lo que se sentían desprotegidas y vulnerables.
“Hace falta mucha sensibilización hacia ellas para identificar las violencias que viven, pues creemos que estas cifras son bajas y que el problema es más grave. Claro, ahora no podemos decir que no existen estos actos de violencia y discriminación, pues ya sabemos lo que está pasando en los lugares donde trabajan”, advirtió.
En el país no existe un Padrón Voluntario de Trabajadoras del Hogar como el que se hizo en Mérida y, sin duda, los resultaros también evidenciaron la precariedad laboral que vive la mayoría. Por ejemplo, en promedio se les paga únicamente 266 pesos por jornada, de los cuales, 44 pesos se van en el transporte público.
Al respecto, la directora de Jade Sociales señaló que el salario tendría que ser dimensionado con lo que cada trabajadora hace y la carga de responsabilidad y de cuidados que se les asigna. No es lo mismo realizar acciones de limpieza, lavado o de cocina en una vivienda de un piso, que en otra de dos niveles en las que habitan más de cinco personas y que tiene varios baños, jardín y perros.
La investigación también mostró que el 97 por ciento de las trabajadoras no cuenta con contrato, por lo que sus condiciones y derechos laborales no se cumplen. Para colmo, sólo el 2 por ciento está inscrito en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), es decir, un alto porcentaje no tiene garantizado su acceso a la salud ni servicios como guardería para sus hijos.
“Ante este panorama, la exigencia para todas las personas empleadoras es que cumplan con los derechos laborales de estas mujeres, pero también que los gobiernos revisen lo que está sucediendo, porque la información ya la tenemos, y por lo tanto cada institución tiene que asumir la responsabilidad que le corresponde para mejorar sus condiciones de trabajo”, finalizó Raquel Aguilera. (Publicado también en El Heraldo de México)