Difícil, esconder que existen huachicoleros en Yucatán
Este año hubo aseguramientos de miles de litros de combustible, descubrimientos de tomas clandestinas y hasta una explosión en la que fallecieron dos personas.
Por Herbeth Escalante.
Mérida, Yucatán, 20 de noviembre de 2018.- Con el descubrimiento este fin de semana de otra toma clandestina en el ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex), ubicado en la carretera Mérida-Progreso, surgen más dudas sobre la posible operación de grupos organizados dedicados al robo y venta ilegal de hidrocarburos en Yucatán. Sin embargo, las autoridades recalcan, una vez más, que no tienen reportes de presencia de red alguna de huachicoleros en la entidad.
El comandante de la XXXII Zona Militar, Andrés Fernando Aguirre O. Sunza, informó que personal especializado de la paraestatal encontró esa perforación el domingo y que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) únicamente proporcionó seguridad durante sus labores de supervisión.
“Seguimos realizando patrullajes constantes en el oleoducto de la carretera Mérida-Progreso como parte de un convenio de colaboración que tenemos con Pemex y fue entonces que se detectó ese lamentable hecho ilícito”, explicó en breve entrevista.
De acuerdo con los primeros datos, integrantes del XI Batallón de Infantería y de Seguridad Física de la empresa encontró ramas secas apiladas sobre tierra removida recientemente durante una inspección; al removerlas, hallaron la toma clandestina a ras de suelo.
La nueva perforación fue localizada en los montes de la comisaría Paraíso del municipio de Progreso, muy cerca del lugar en donde en julio pasado ocurrió una explosión cuando un grupo de hombres intentaba robar combustible del oleoducto.
Como se recordará, en aquel siniestro dos personas perdieron la vida por las quemaduras que sufrieron en la mayor parte de su cuerpo, el yucateco Alejandro Martínez Matos de 35 años de edad, y Benjamín Montes de la Torre, originario de Villahermosa, Tabasco, de 30. Allí, la Policía estatal dio con una camioneta consumida por las llamas y varios bidones, en los cuales se presume transportaban lo robado.
La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) capturó esa noche a otros tres presuntos implicados en el percance, pero un juez federal los liberó a los pocos días debido a que no se pudo corroborar su legal detención, es decir, los dejaron en libertad por inconsistencias administrativas.
Días después de ese acontecimiento, el delegado de la Procuraduría General de la República (PGR) en el territorio, Juan Manuel León León, negó una vez más que huachicoleros operen en Yucatán. “Se les denomina así comúnmente, pero realmente no podemos estigmatizar de esa manera a este grupo hasta no tener los resultados de la investigación”, agregó.
El propio coordinador estatal de la Secretaría de Gobernación (Segob), Rubén Valdez Ceh, ha declarado en múltiples ocasiones que no se puede asegurar que exista una banda delincuencial como tal dedicándose al robo de hidrocarburos en la entidad, pero también ha reconocido que en los últimos meses se reportaron ilícitos relacionados con esta actividad que no deben repetirse.
Tras la explosión de julio, el funcionario federal recalcó dos puntos: primero, hay que investigar si se trató de un suceso aislado o, de lo contrario, averiguar a quiénes intentaban vender lo robado; y segundo, que Pemex hacer una investigación interna para saber si su propio personal estaría involucrado.
Las dudas sobre este último punto surgen al preguntarse cómo es que los presuntos huachicoleros conocen la hora exacta en que la paraestatal abre el suministro de hidrocarburo en el mencionado oleoducto.
Pese a la negativa de las autoridades, diferentes hechos sugieren que personas se están dedicando a la sustracción de esta sustancia, no sólo del ducto, también “ordeñando” pipas en las carreteras, y además lo están vendiendo clandestinamente en municipios.
En septiembre, la PGR informó que aseguró 11 mil 800 litros de combustible en una vivienda de Homún que estaban almacenados de manera ilegal. Se trató del segundo decomisó en esa pequeña localidad en 2018 pues a finales de junio, elementos del Ejército Mexicano encontraron cerca de 10 mil litros en una bodega.
En ambos casos el peligroso producto estaba distribuido en diversos contenedores, tambos y bidones. Sin embargo, no se detalló si hubo personas detenidas en los operativos. Esos lugares dotaban del hidrocarburo principalmente a mototaxistas, ya que no existe ningún expendio autorizado en el pueblo.
En abril ocurrió algo similar, la Procuraduría aseguró cinco mil 312 litros de gasolina magna que se almacenaba de manera clandestina en un local en Sisal, Hunucmá, y detuvo a un hombre, José Guadalupe “N”, originario de ese puerto.
En esa ocasión, la acción fue encabezada por la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido), que obtuvo la orden de cateo de un Juez de Distrito. Todo parece indicar que los pescadores locales compraban en ese establecimiento la gasolina para sus embarcaciones.
Además, en febrero de este mismo año, militares, policías estatales y agentes federales encontraron cuatro mil litros de combustible acopiados ilegalmente en un local que tenía como fachada una cafetería, ubicada en la vía Mérida-Cancún. Esa vez, retuvieron dos tráileres que transportaban carro-tanques.
Recientemente, el coordinador de la Policía Federal en Yucatán, Julio César Martínez Arredondo, dio a conocer que de enero de 2017 a la fecha han asegurado nueve vehículos que transportaban hidrocarburos sin contar con la documentación que acreditara su legal procedencia, y las personas que los conducían fueron puestas a disposición del Ministerio Público.
En ese sentido, recalcó que estos resultados son producto de los operativos permanentes que realizan en las carreteras federales yucatecas para combatir este crimen.
A estos casos se le suma la localización de otras dos tomas clandestinas en el ducto de Pemex de la carretera a Progreso, una a la altura del kilómetro 16+500 en junio de este año, y la segunda también en los terrenos de Paraíso en octubre de 2017.
Pero a pesar de estos esfuerzos, decomisos, órdenes de aprehensión y hasta de la lamentable tragedia de la explosión, las autoridades federales y locales niegan que exista algún grupo organizado dedicado a la sustracción, robo y venta de hidrocarburos en Yucatán.
Insisten en que se tratan de hechos aislados, pero también hay quienes suponen que ante las constantes alzas a los combustibles que se comercializan en las gasolineras tradicionales, el huachicoleo podría estar convirtiéndose en un negocio rentable en la entidad, a la vez que peligroso.