Niñas y niños de Poxilá, en un lugar inseguro e insalubre para tomar clases
Aunque la Segey les envió un aula móvil, ésta no tiene extractor de aire. También los dotó de baños portátiles, pero no hay agua ni fosa. Para colmo, están en un lugar sin vigilancia y con antecedentes de agresiones sexuales.
Por Claudia Arriaga
Umán, Yucatán, 30 de agosto del 2021.- En esta primera semana de inicio del ciclo escolar con el nuevo formato híbrido que se adoptó por la pandemia del Covid-19, las 33 niñas y niños de educación indígena inicial de la comisaría de Poxilá en Umán aún no cuentan con las condiciones para regresar a clases. La Secretaría de Educación del Gobierno del Estado (Segey) envío un aula y baños móviles, pero el predio no tiene agua ni fosa, además de que las y los menores no están seguros en el sitio.
Este lunes, las madres y padres de los estudiantes se reunieron con la maestra encargada del grupo, Leydi Guadalupe Interian Samos, a quien le explicaron que urge un espacio seguro, ya que las niñas y niños estuvieron expuestos a agresiones sexuales por la falta de un lugar propio en donde tomar clases.
“En el 2019, en la antigua casita con techo de paja donde daba clases antes la maestra, tenía ventanas muy grandes y bajas, no estaba seguro el lugar, ahí llegó un borrachito y se acercó y les mostró sus partes, todos entraron en pánico porque aquí en la Hacienda Poxilá no hay seguridad. No hay una estación de policía donde puedas pedir ayuda. No es un espacio seguro. Cuando pasó eso, mi hija tenía tres años”, relató la señora Teresa de Jesús Aragón Motul.
En aquel entonces, como la casa no tenía baño, la maestra Leydi improvisó uno y colocó una lona en el patio para cubrir las bacinicas de las niñas y los niños.
Es importante mencionar que la Segey se comprometió a que esta semana construirá la fosa para que los infantes puedan utilizar los baños portátiles y también se hará la instalación del agua potable, por lo que hay que esperar. Además, el espacio del aula móvil es muy reducido y no cuenta con extractor de aire.
“El aula móvil tiene aire acondicionado que no cuenta con extractor de aire, el cual nos dijeron es importante para espacios cerrados para evitar contagios, además también debería tener un filtro Hepa – que sirve para purificar el aire- y no cuenta con uno, por lo que es un riesgo porque estaremos todos en lugar cerrado”, dijo la maestra Leydi en entrevista.
“Instalaron el aula en el predio que nos donaron, pero no es seguro con las lluvias pues se hace un lodazal que dificulta el acceso al aula y realizar afuera las actividades de motricidad. Los baños no son propicios para niños, los lavamanos son altos y los bacines muy grandes”, detalló la maestra.
Por su parte, la señora Elvira de los Ángeles Pech narró que después de la casita de techo de paja se pasaron a un espacio conocido como el Telar en Poxilá, pero tampoco contaba con baños y agua, por lo que dependían del líquido que les facilitaba la vecina de al lado.
“Todos los días lavábamos, hacíamos limpieza, si un niño iba al baño la maestra dejaba todo para ir a lavar. La señora de al lado nos prestaba la manguera para llenar un tambo, sí la señora salía no había cómo limpiar. Necesitamos un espacio con todos los servicios”, comentó.
Las madres y padres de familia esperan que la Segey cumpla su palabra y antes de que finalice este nuevo ciclo escolar construya un aula digna y segura para las niñas y los niños.