Ser neni es resistir la violencia económica
Al apropiarse del término y usarlo con orgullo, las emprendedoras hacen frente a las condiciones que las ponen en desventaja, como la brecha salarial de género y la falta de acceso a oportunidades.
Por Redacción
Mérida, Yucatán, 5 de marzo de 2021.- A Pamela siempre le gustó la repostería, sin embargo, no imaginó que con ello podría mantener a su familia. Como miles de personas en Yucatán, el año pasado perdió su empleo a causa de la contingencia sanitaria y desde entonces vende postres a través de redes sociales. Es una neni.
“Tuve a mis dos hijas muy joven y yo pago todo lo que necesitan: comida, escuela, ropa, zapatos… es muy difícil hacerlo sola”, relata la mujer y cuenta que no recibe apoyo de su expareja para la manutención de las adolescentes, que actualmente cursan secundaria y bachillerato, además de que se hace cargo de su padre adulto mayor.
“Era vendedora, pero por la pandemia la tienda cerró y yo tuve que buscar qué hacer, pues no nos pagaban y los gastos no pararon”, narra quien es una de las más de 11 millones de mexicanas que, según el Censo 2020, encabeza un hogar.
Ante la falta de ingresos, a Pamela se le ocurrió que podía utilizar sus conocimientos de cocina para vender pasteles en el Marketplace de Facebook. De esta forma, junto con una amiga, emprendió un negocio que le ha permitido solventar los gastos de su casa.
“No es fácil empezar algo desde cero, pero afortunadamente nos ha ido bien. Yo preparo pasteles, pays, lo que se me ocurra, siempre estoy buscando nuevas recetas, y mi socia reparte los pedidos que nos hacen en Facebook, trabajamos muy bien juntas”, dice.
Cuando se le pregunta acerca de los memes que recientemente se han hecho acerca de las nenis, comenta que no le afectan. El término se acuñó para referirse despectivamente a la manera cariñosa en que las mujeres que ofrecen productos y servicios por internet se dirigen a sus clientas, además de que buscan denigrar su actividad económica.
Estas muestras de clasismo y misoginia, suceden en un país en el que el 33 por ciento de las familias está encabezado por una mujer y en el que, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2016, 29 por ciento de las mexicanas ha vivido violencia económica.
La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia define violencia económica como “toda acción u omisión del agresor que afecta la supervivencia económica de la víctima”, como en el caso de Pamela, cuya pareja no aporta a la manutención de las hijas de ambos.
Además de ello, las mujeres suelen verse afectadas por la brecha salarial de género, o sea, la diferencia existente entre el pago percibido por la población femenina con respecto a la masculina y que en México es de 18.8 por ciento, la más alta de América Latina, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
A ello se suma también la falta de acceso a oportunidades educativas y laborales que ellas sufren a causa de la inequitativa distribución del trabajo de cuidados, que es realizado mayoritariamente por mujeres.
Frente a este panorama, lo que las nenis han hecho apropiándose del término y usándolo con orgullo es una forma de resistir a la violencia, tanto la simbólica como la real, aquella que trasciende los memes de internet y se materializa en condiciones que las ponen en desventaja.
“No me importa cómo nos digan, siempre van a encontrar motivos para burlarse de nosotras, no es nada nuevo. Lo que importa es que con mi trabajo honesto estoy sacando adelante a mi familia”, finaliza Pamela. (Foto de archivo)