Candelaria escapó de la violencia de sus vecinos del sur de Mérida
Los violentos vecinos ingresaron a su predio para atacar a su hermanita e hijo a machetazos, y hasta ahora no han sido detenidos ni castigados.
Por Claudia Arriaga
Mérida, Yucatán, 17 de diciembre del 2020.- Este jueves, se cumple un mes de que la señora Candelaria del Carmen Castellanos Escamilla abandonó su casa en la colonia San José Tecoh, en el sur de Mérida, para huir de la violencia ejercida por sus vecinos, quienes ingresaron a su predio para atacar a su hermanita e hijo a machetazos.
Pero no fue la primera vez que la familia de Candelaria es agredida. En nueve ocasiones denunció ante la Agencia 33 de la Fiscalía General del Estado (FGE) lo que pasaba y nadie le hizo caso.
El 3 de noviembre, Haz Ruido dio a conocer su historia, la cual decidió hacer pública, ya que cada vez los ataques eran más violentos y este último no fue la excepción.
Sin embargo, el acabose fue el día 15 de noviembre, cuando sus agresores ingresaron a su predio y atacaron a machetazos a su hermana Adriana y a su hijo José. Y aunque reportaron los hechos al 911, la policía llegó al lugar y sólo observó, pero no los ayudaron.
“Los policías desde una esquina estaban mirando, y además, ellos estaban grabando a los agresores, pero no los detuvieron, dejaron que hicieran todos los destrozos en mi casa. Cuando terminó todo, nos dijeron que la próxima vez que reportemos que nos estén atacando y respondamos el ataque, nosotros iríamos a la cárcel”, comentó.
Esa noche, Candelaria acudió junto con su hermanita Adriana a interponer una denuncia más a la FGE y ahí les dijeron que no podían atenderlas en la Agencia 33. Al día siguiente acudieron a la sede ubicada en el periférico, en donde se inició la carpeta de investigación 1518/2020 por daños a propiedad ajena y lesiones.
La familia de los agresores está conformada por César Herrera, Leidy Martín, su hijo Julio, sus dos hijas Jaqueline y Joselyn y su yerno Iván López, quienes apedrearon su casa, cortaron los cables de las cámaras de seguridad y machetearon a la hermanita e hijo de Candelaria.
Tal como las personas que son desplazadas por la violencia en el norte del país, Candelaria y su familia tuvieron que huir de su casa y resguardarse en un lugar en donde sus vecinos no puedan encontrarlos. Para colmo, los agresores también la denunciaron, aunque hasta el momento desconoce el delito por el que se le acusa.
Ella sabe que en algún punto tendrá que vender su casa para iniciar una vida en otro lugar, pero solo quiere tiempo para poder hacerlo y que le permitan regresar para sacar todas sus cosas.
“Ya me cansé de vivir con tanta violencia, de vivir cerca de un vecino que dice que matará a mi hijo y lo tirara por pedazos en el periférico. En uno de esos ataques o mi hijo mata a alguno de ellos o mi hermanita Adriana por defendernos o simplemente me matan a mí. Aparte voy a la Fiscalía y me regaña y amenaza el fiscal. No entiendo nada”, relató.
Candelaria solicitó medidas de protección y durante 15 días contó con rondines y atención inmediata de los policías, las cuales estuvieron vigentes del 25 de noviembre al 15 de diciembre.
Ella cuenta con los videos del último ataque, los cuales entregó como prueba a las autoridades, pero hasta el momento no se ha hecho justicia. Por lo pronto, sus testigos fueron amenazados por los vecinos agresores.