La desgastante odisea para adoptar en Yucatán
En su ilusión por adoptar una hija o hijo, Liliana y Jesús se encontraron con personas que intentaron venderles bebés; incluso, una asociación les pidió 50 mil pesos.
Por Claudia Arriaga
Mérida, Yucatán, 22 de noviembre del 2020.- Hasta el 2015, en México más de 25 mil niñas y niños vivían en una casa hogar en espera de ser adoptados, la mayoría bajo la tutela del Estado. Al menos es lo que informó el Censo de Alojamientos de Asistencia Social (CAAS) que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Poco se sabe de la situación de las y los menores que se integraron a una nueva familia. Con la intención de transparentar los datos, el Sistema Nacional para el Desarrollo de la Familia (DIF) desde hace tres años realiza un informe semestral de las adopciones a nivel nacional.
Sin embargo, los números no son claros, pues sólo refleja las adopciones realizadas en la Ciudad de México, de los demás estados nada se sabe. Por ejemplo, en el semestre de enero a junio de este año detalló que se concluyeron dos adopciones en el país y de seis niñas y niños que fueron recibidos en España e Italia.
Del otro lado de los datos oficiales, se encuentran las personas que ansían convertirse en madres y padres. La espera es larga, no es suficiente con ser calificados como aptos para adoptar.
En Yucatán, Liliana Andrade Ortega y Jesús Cabral López iniciaron el proceso hace casi dos años en la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia (Prodemefa). La pareja lleva diez años juntos, pero no puede tener bebés, por lo que decidieron darse la oportunidad con una niña o niño que necesite un nuevo hogar.
“Nos enfrentamos a un largo proceso de papeleo, de pruebas psicológicas, toxicológicas. Pero lo más desgastante es cuando al terminar un taller obtienes un diploma que te dice que eres apto para la adopción, aunque tienes que esperar en una lista de más de 200 familias”, relató Liliana.
Cansados de la espera, en septiembre de este año crearon la página de Facebook “Esperando a Sabik” para compartir el camino hacia la adopción. Además, a pesar de que desconocen si a su familia llegará una niña o niño por ahora decidieron llamarle así.
¿Por qué son tardadas las adopciones?
La pandemia no fue impedimento para Liliana y Jesús, quienes acudieron todos los días a las oficinas estatales y lograron contactar con la directora del DIF en Yucatán, María Cristina Castillo Espinosa y ella los envió con la titular de Prodemefa, Teresita Anguas Zapata.
“La procuradora nos explicó que en otros estados había leyes que propiciaban que el proceso de adopción fuera más rápido y aquí, en Yucatán, no hay una ley que limite los tiempos”, comentó Liliana.
No conformes con las respuestas contactaron por redes sociales y correo a las y los diputados del Congreso del Estado de Yucatán para pedirles apoyo. Únicamente las legisladora de la bancada de Movimiento Ciudadano respondieron, quienes, en marzo del 2019, presentaron una iniciativa para crear la Ley de Adopciones del Estado, con la cual buscan reducir el tiempo de adopción y evitar se dupliquen los procesos.
Aunque ya pasó más de un año, existe la posibilidad de que se apruebe en comisiones antes del próximo 15 de diciembre, fecha en que las y los legisladores yucatecos saldrán de receso legislativo.
“Hay el compromiso del presidente de la mesa de sacarla este periodo, pero quedan pocas semanas, porque se viene a adecuar con la iniciativa que presentó el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) que busca reformar el Código de Familia, la cual ya está en la comisión de Puntos Constitucionales y tiene que ver también con la adopción…sería muy inhumano dejarlos esperando tres meses más, hasta febrero”, enfatizó en entrevista la diputada de la mencionada bancada, Milagros Romero Bastarrachea.
De aprobarse la propuesta, el tiempo máximo de espera para adoptar sería de dos años y el mínimo de seis meses, es decir, Liliana y Jesús estarían en el límite del proceso.
La búsqueda de respuestas condujo a la pareja al Poder Judicial. El motivo, la titular de Prodemefa, Teresita Anguas, les señaló que los jueces demoran en resolver el juicio de la pérdida de patria potestad. “Los jueces dijeron que ellos aprueban las cosas como se las van llegando, es decir, se pasaron la bolita. Fue como información cruzada”, dijo Liliana.
En contraste con las cifras a nivel nacional, en septiembre, el Gobierno de Yucatán dio a conocer en un comunicado oficial en el que indicó quedesde octubre de 2018, se han integrado a una vida en familia a 369 infantes y adolescentes”.
Por otra parte, según datos proporcionados por la oficina de transparencia del Poder Judicial, actualmente hay 21 juicios en proceso de pérdida de patria potestad, algunos desde hace seis años en espera de la resolución.
En el trayecto, Liliana y Jesús se han encontrado con personas que intentan venderles a bebés. Por increíble que parezca, una asociación les pidió un donativo “voluntario” de 50 mil pesos a cambio de un hijo.
“Le dijimos a la Procuradora que teníamos el nombre de la persona y lugar que nos pidió dinero a cambio de un bebé, pero no le importó. Nosotros no queremos comprar un bebé, ese dinero lo podemos usar en su educación. En Facebook también hay un mercado negro donde prácticamente se vende a los niños”, abundó Liliana.
En tanto, Jesús seguirá ansioso por conocer a Sabik: “Queremos compartir el amor que hay con nosotros. Le diría que lo estamos esperando con los brazos abiertos, con mucha ilusión y amor y que venga, que ya no tarde”, enfatizó.
Cabe mencionar que las personas que desean adoptar tienen la posibilidad de elegir las características que desean en las y los niños que integrarán a sus familias. Mientras más específicas, las posibilidades son menores.
Liliana y Jesús solo solicitaron que como máximo de edad tenga ocho años, no importa si es niña o niño, ni el color de la piel o cabello.
Sobresale que, cuando tocaron las puertas de las instituciones, la Prodemefa les ofreció entregarles a dos niños con condiciones graves de salud con secuelas permanentes y pronóstico reservado. Temen que esto haya sido para decir “se les ofreció y lo rechazaron”. (Publicado también en La Silla Rota)