Hermelinda pide justicia, su hermano intentó asesinarla
Tras recibir un terreno en herencia, su hermano la agredió a golpes en varias ocasiones, y hasta el día de hoy no ha sido requerido por la justicia.
La violencia está aumentando, pues hace unos días, el sujeto intentó asesinarla aventándole un bloque en la cabeza.
Por Claudia Arriaga.
Mérida, Yucatán, 14 de octubre del 2020.– En febrero del 2019, Hermelinda May Itzá fue atacada a golpes por su hermano José Francisco y su madrastra Esther Reyna María Can May, tan solo porque le heredaron un terreno en el municipio de Kimbilá. La violencia continúa, pues recientemente le aventaron un bloque en su cabeza y ahora teme que la asesinen.
Como resultado de la primera golpiza, tuvo que usar un collarín durante seis meses para recuperarse de un esguince cervical. Los agresores están enojados porque su padre, Francisco May Uitz, quien aún vive, le heredó esas tierras.
En aquella ocasión, Hermelinda interpuso una denuncia en la agencia de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Izamal, pero no se hizo justicia.
“Mi hermano me decía que me creía la dueña del terreno, de pronto salió su esposa y me dio una bofetada y cuando mi hermano lo ve, en lugar de defenderme, me empujó y me empezó a golpear. Me arrinconaron, mi sobrina me jaló del cabello y mi madrastra (Esther) también me agredió”, contó.
Minutos después, la aventaron a la calle con su mochila, afortunadamente le dio parte a las autoridades y a sus otros hermanos para ayudarla. Lo que lamenta es que la gente vio que la golpearon y nadie hizo nada por socorrerla.
Hermelinda es una mujer artesana que se vio obligada a abandonar la casa a los 12 años, pues ya no aguantaba los maltratos de su madrastra Esther. Además, reconoce que la formación machista de su papá con su hermano contribuyó al coraje que ahora él tiene en su contra.
“Mi hermano (Francisco) me agredió porque él quiere todo el terreno, no acepta que yo tenga la mitad y piensa que atacándome con mi madrastra se lo podrá quedar. Mi papá nos educó con base en el machismo, a mi hermano lo envió a una escuela privada, le dieron casa y un molino. A mi solo me dejaron una parte del terreno y estaba emocionada porque nunca había tenido nada”, relató.
Su papá Francisco May tenía 60 años y fue diagnosticado con Parkinson cuando decidió entregarle los papeles del terreno. Le pidió que los conservara, ya que en caso de que le pase algo, esa era la única herencia que le dejaría a ella y a su hermano.
Desde el primer ataque ya no permiten que Hermelinda se acerque a su padre, tiene más de un año sin poder verlo. A sus 40 años, ella solo quiere una vida tranquila y trabajar la tierra que le heredaron en vida, la cual para tomar posesión tuvo que hacerlo con ayuda de la Policía Municipal de Kimbilá y el comisariado.
Lamentablemente, las agresiones no han parado, el 18 de septiembre decidió ir a limpiar su terreno y de nuevo fue agredida. También existe una denuncia de este episodio.
Y unos días después, el 28 de septiembre, la situación se volvió más violenta. Acudió de nuevo al terreno, pero en esta ocasión acompañada de abuela y una vecina , y aun así, su hermano estuvo a punto de matarla.
En el ataque participaron Jorge Francisco junto con su esposa Teresa Martha Leticia y sus sobrinos Jorge Manuel y Leticia Alejandra:
“Me me arrojaron un tazón de chile habanero a la cara y cuando me quise ir, mi hermano la divisó de alambre de los terrenos y un sobrino me agarró del brazo. Empezaron a lanzarme piedras. Cuando logré zafarme y darme la vuelta para irme con mi abuelita, mi hermano me aventó un bloque en la cabeza”, relató Hermelinda.
No perdió el conocimiento y llamó al número de emergencias 911, sin embargo, no hubo respuesta; también intentó comunicarse a la estación del pueblo y tras insistir varias veces, una vecina logró pedir ayuda.
Luego de tres agresiones, Hermelinda obtuvo una medida de protección de auxilio inmediato, pero ella cree que de poco sirve, pues nada le garantiza que en un cuarto intento podría perder la vida a manos de su propio hermano y madrastra, quienes hasta el día de hoy no han sido requeridos por la justicia.