Reapertura de centros comerciales, hasta con ataques de pánico
La Gran Plaza cerró sus puertas durante meses por la pandemia y ahora se enfrenta a nuevos retos para recibir a sus clientes.
Por Claudia Arriaga.
Mérida, Yucatán, 10 de septiembre del 2020.-El centro comercial de la Gran Plaza, ubicado al norte de Mérida, funciona desde hace 25 años y por primera ocasión, debido a la pandemia del Covid-19, durante meses tuvo que dejar de recibir a las 15 mil personas que todos los días recorrían sus instalaciones de compras o solo de paseo.
Con la reactivación económica, no solo se ajustaron a los protocolos de sanitización, sino que además enfrentan nuevos retos como ayudar a las personas que salen de casa y sufren ataques de pánico a consecuencia de los meses de confinamiento.
“Nos ha tocado ayudar a personas que vienen con una cuestión, digamos mental, de haber estado encerrado en sus casas y se sofocan por el cubrebocas o con miedo por la cantidad de gente que hace fila para entrar a algunos locales, entonces les dan ataques de pánico”, explicó el gerente general de Gran Plaza, Marco Antonio Hernández, quien también ejerce como paramédico del lugar.
Otros de los incidentes es que algunos adultos acuden en compañía de niñas y niños de paseo y no cuidan los protocolos de higiene. “Eviten traer a sus hijos, adultos mayores y personas con padecimientos médicos, es venir a comprar y retirarse para evitar que este centro comercial, que puede ser una zona de alto riesgo, tenga una situación negativa”, agregó.
Este icónico centro comercial funciona bajo un régimen de propiedad de condominio, esto quiere decir que existen varias personas dueñas de uno o varios locales que deciden sobre el precio de la renta o incluso tienen sus propios negocios. La administración solo se encarga del mantenimiento y para ayudar a las y los locatarios, redujeron en 30 por ciento las cuotas de este servicio.
Actualmente, de 280 locales que conforman el centro comercial, 117 han abierto, 68 están en trámites de reapertura y 19 cerraron de manera permanente. Es decir, la mayoría de las fuentes de empleo de la plaza lograron mantenerse durante la pandemia.
Aunque las visitas se redujeron al 30 por ciento, y por día solo pueden recibir a 4 mil 500 personas en un horario de 9 de la mañana a 8 de la noche, esta plaza como muchos sitios de esparcimiento, espera algún día volver a escuchar el bullicio de cientos de personas conviviendo al mismo tiempo.