Ser maya y padecer cáncer en la contingencia
Hilaria está luchando por vencer el cáncer en la piel; lamentablemente, sus quimioterapias fueron interrumpidas debido a la contingencia sanitaria.
“Está diciendo que el dolor de la mano se va al corazón y al pulmón. Anoche no durmió, a cada rato se levanta y está llorando”, lamentó Fidel, su esposo.
Por Claudia Arriaga
Mérida, Yucatán, 7 de agosto de 2020.- Doña Hilaria y Uex Ruiz es una mujer maya que está luchando por vencer el cáncer en la piel; lamentablemente, sus quimioterapias fueron interrumpidas por la contingencia sanitaria causada por la llegada al estado de la pandemia de Covid-19.
No comprende bien el español y vive en el municipio de Peto, ubicado a 180 kilómetros de Mérida, factores que han obstaculizado su acceso a los tratamientos médicos que necesita.
Haz Ruido conversó con ella gracias a la traducción de su esposo Fidel Gutiérrez Caamal, quien con tristeza narró cómo todas las noches llora por el dolor que provoca esta enfermedad. “Está diciendo que el dolor de la mano se va al corazón y al pulmón. Anoche no durmió, a cada rato se levanta y está llorando”, lamentó.
La situación de Hilaria se hizo conocida a través de redes sociales, pues en un principio la gente pensó que presentaba una herida que no se curaba debido a la diabetes que padece. Pero, en realidad, se trataba de cáncer y apenas en marzo había recibido sus primeras quimioterapias.
“Nosotros teníamos la cita, pero se cancelaron por la pandemia, no puedo llevarla a Mérida, solo quimioterapias le estaban haciendo. Y ahorita se paró, no puede ir a seguir el tratamiento, son tres meses ya atrasados”, relató Fidel.
La pareja explicó que la enfermedad como una herida que no cerraba. “Se sanó pero no cerró la herida, un tanto quedó chico y no terminó la curación y salió en otro lado un grano, pero está rojo. Así comenzó la enfermedad, la llevamos a doctores y es cáncer de piel, eso nos dijeron hace dos años”, agregó.
El hombre, de 67 años y dedicado a su milpa, ha hecho todo lo posible por ayudar a su compañera con el tratamiento. Incluso, empeñó las escrituras de sus tierras y su casa por tres mil pesos; ahora, únicamente de interés, paga 300 pesos cada mes.
Hilaria y Fidel ya no están solos
Por iniciativa propia, Cinthia Nayeli Suárez Pool, oriunda de la misma demarcación, empezó a repartir despensas en la actual coyuntura. A esta labor se sumaron otras personas, con quienes fundó el grupo Jóvenes Fomentando el Servicio a la Comunidad de Peto, el cual no tiene filiación política.
Fue entonces que una vecina, preocupada por la salud de Hilaria, la contactó para pedirle que la visitaran. Cinthia pensó que se trataba solo se trataba de llevar víveres, nunca imaginó la gravedad del caso.
“Cuando la conocimos no sabíamos qué hacer, no tenemos mucho dinero, no tenemos un doctor en el grupo ni entre los voluntarios. Por eso decidimos dar a conocer su historia en las redes sociales, para buscar ayuda, pero nunca pensé que se haga masivo esto”, contó.
La joven reconoció que el Ayuntamiento de Peto apoyó a Hilaria en algunas ocasiones, sin embargo, la falta de constancia e interés en su tratamiento complicó su situación.
“Hay que darle seguimiento a su tratamiento, no es solo ‘hoy te vengo a buscar y mañana te dejo y cuando tenga tiempo te ayudo’. Si vas a ayudar, empieza en el inicio y ve hasta el final. Nosotros no sé cómo le haremos, pero vamos a hacerlo”, abundó.
La joven también invita a la gente a apoyar a la pareja, pues necesitan recuperar su terreno para no quedarse en la calle, además de que deben pagar los gastos médicos ya que no cuentan con seguridad social.
Hasta el momento, esta asociación se ha hecho cargo de los gastos y traslados a Mérida, en donde se trata a Hilaria.