Intentaron demoler la casa, con ella y sus hijas adentro
Su exmarido vendió la casa familiar sin avisarles, además de que las saqueó. Ahora, los nuevos dueños del predio trataron de derrumbar el hogar.
Por Claudia Arriaga
Mérida, Yucatán, 21 de julio de 2020.- La casa donde vive Verenice Lara Parra con sus tres hijas, en la colonia Ampliación Sodzil Norte, estuvo a punto de ser demolida con ellas adentro. Su exmarido, José Peralta Cobá, vendió el patrimonio y nunca les avisó, las dejó en desamparo.
En 2019, tras ocho años de separación, Verenice promovió la demanda de divorcio. La decisión fue motivada porque dicho sujeto aprovechó que estaba en el trabajo para saquear el predio.
“Me separé de mi esposo, él se va y yo me quedo con las niñas porque no tengo a dónde ir. Pero el año pasado vendió la casa sin decirme nada y una noche, cuando yo trabajaba, él vino y se llevó todas las cosas”, relató la mujer.
Este sería el primer incidente de una cadena de ataques, pues también la agredió física y verbalmente. El acoso en contra de Verenice llegó al punto que las autoridades le concedieron una orden de restricción.
Al no tener recursos económicos para pagar un abogado que la asesore en el divorcio, acudió a la Secretaría de las Mujeres en donde le proporcionaron uno. Sin embargo, éste fue cambiado a la mitad del proceso y la persona que lo reemplazó olvidó garantizar lo más importante: un techo para ella y sus tres pequeñas hijas
“En mi demanda de divorcio pedí una casa en el fraccionamiento Las Américas que compró con el dinero de la venta de la vivienda de Sodzil Norte, pero él respondió que ya la había rentado por 36 meses. Cuando llegué a la primera audiencia, ya me habían cambiado al licenciado y no sabía qué onda con mi caso. El juez preguntó por la casa de Las Américas, pero no le dicen de mi solicitud”, abundó Verenice.
Cabe mencionar que la pareja se había casado por bienes separados y, cuando José Peralta hizo la transacción, ella le pidió que la apoyara con 200 mil pesos para que sacara una vivienda de Infonavit y mudarse con sus hijas. Él se negó, a pesar de que el valor catastral del predio familiar que vendió era de un millón 600 mil pesos.
Ahora, a la vida de esta familia se suman las agresiones del abogado de los nuevos dueños del predio. Se trata de Rubén Guerrero, quien intentó demolerlo con ellas adentro.
Y aunque un policía y, posteriormente, un abogado le advirtieron que no bastaba el permiso de demolición para tirar la casa, sino que debía promover un juicio de desalojo, de poco le importó. Este lunes, apareció de nuevo para amenazar y, junto con otras personas, arrojó piedras a las ventanas. También, con maquinaria pesada, tiraron parte de las paredes del baño y del cuarto de las niñas.
Además, la casa de a lado, que estaba conectada a la suya y que pertenecía a su exsuegra, ya fue demolida por completo. Con dolo, dejaron los escombros en la entrada.
Por fortuna, existen pruebas de las primeras agresiones del viernes, día en que le arrancó su medidor de energía eléctrica y llamó a la CFE para que le cortaran la luz. Por tal razón, las autoridades promovieron una orden de restricción y Rubén Guerrero no puede acercárseles más.
Actualmente, el exesposo debe cuatro meses de pensión. Por cada niña debería pagar 500 pesos al mes, pero no lo hace, además de que se niega a asegurarles un techo. Verenice sabe que en algún punto tendrá que dejar la vivienda, pero espera lograr antes un arreglo por el bienestar de sus hijas.
Por la pandemia, también perdió su trabajo. Ocasionalmente fabrica cubrebocas, pero no le alcanza. “Para él es fácil lavarse las manos y decir no tengo trabajo, pero yo tengo que darle de comer a mis hijas. Si ellas me dicen que tienen hambre, ¿qué les voy a decir?, ¿tu papá no ha depositado? no puedo hacerlo”, puntualizó.
Esta situación ha comprometido la salud de dos de sus hijas, una fue diagnosticada con depresión y la otra tiene arritmia en el corazón. Desafortunadamente, como no tienen seguro médico ni dinero, no les han podido realizar estudios para iniciar con los tratamientos.