Pandemia pone contra la pared a niñas y niños con cáncer en Yucatán
Las y los pacientes no pueden acceder a ciertas cirugías consideradas como no urgentes, siguen escaseando los medicamentes que debe enviar la federación y sus familiares temen que se contagien de Covid-19 en los hospitales.
Por Claudia Arriaga
Mérida, Yucatán, 23 de abril de 2020.- Mario tiene cuatro años de edad, es paciente de oncología pediátrica en el Hospital Agustín O’Horán y necesita que le coloquen un Port-a-Cath para que sus quimioterapias sean menos dolorosas. Pero lamentablemente, esto no será posible ya que, debido a la pandemia de Covid-19, las cirugías consideradas no urgentes no serán realizadas en ese nosocomio.
Las venas de este pequeño se han adelgazado al grado de que en su última sesión le aplicaron 12 pinchazos para poder recibir su medicamento. “Por el dolor empezó a llamar a Dios, dijo que ya no quería sufrir más”, relató en entrevista su madre, Anahí, cuyo nombre fue cambiado para esta nota por temor a represalias.
El Port a Cath es una alternativa que proporciona un acceso rápido y permanente de medicamentos al sistema vascular, evitando las molestias de las punciones, sin embargo, por las nuevas disposiciones sanitarias en ese hospital público no pueden colocárselo.
A esto se le suma la preocupación de que pueda contagiarse del nuevo coronavirus, pues en la Unidad de Especialidad Médica (Uneme) de Oncología se ha colocado un filtro para detectar posibles casos de esa enfermedad:
“Quedaron como en un sándwich, están en medio, lo más delicado es que comparten entrada, elevador y el personal rota turnos con los niños y los pacientes sospechosos de Covid-19”, señaló Anahí.
Cabe especificar que esta estrategia aplicada por la Secretaria de Salud de Yucatán (SSY) en todos los hospitales responde al Triage respiratorio en atención primaria, que busca detectar posibles contagios.
Es el primer filtro para ingresar al nosocomio y las personas con algún síntoma son enviados a esta área en donde les aplican la prueba de Covid-19. También pueden quedarse en observación y, si el resultado es positivo, son canalizados a las instituciones médicas designadas para atender la pandemia. No obstante, para los pacientes con cáncer compartir instalaciones es un riesgo.
Además, el temor al coronavirus viene acompañado de la necesidad económica, ya que Anahí y su esposo se han quedado sin ingresos por culpa de la pandemia. Él es vendedor de cambaceo en el interior del estado, pero el cierre de los municipios le impide trabajar.
“Mi esposo iba todos los días a municipios, pero ya no lo dejan pasar y aunque quisiera, desde el inicio de la pandemia no le quieren comprar, aunque lleve cubrebocas, sólo porque viene de Mérida”, explicó la mujer.
Ella es ama de casa y se dedica a cuidar a su hijo durante el tratamiento y aunque se inscribieron para recibir los apoyos del Gobierno de Yucatán, no fueron contemplados en la lista de beneficiarios de Seguro de Desempleo. “No nos tocó, mi esposo no tiene trabajo y aunque especificamos en el trámite que tenemos un hijo con cáncer no quedamos”, lamentó.
Otro de los obstáculos a los que se enfrentan es que la donación de plaquetas y sangre ha disminuido, pues la gente ya no quiere donar por miedo a contagiarse.
Asimismo, el desabasto de medicamentos oncológicas continúa y, aunque es en menor grado, esto afecta la recuperación de las niñas y niños con cáncer. “Faltan medicamentos, no los distribuye completo la federación, pero de eso no se habla porque ahora todo es Covid-19”, comentó Anahí.
Cabe recordar que el primer menor de edad enfermo con el nuevo coronavirus en Yucatán tiene cáncer y se contagió precisamente en un hospital público. Lo contrajo justo en el área de oncología pediátrica de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) del IMSS hace unos días.